Así se celebraba antes la Semana Santa en Puerto Rico
La primera celebración de Semana Santa aconteció en Puerto Rico hace 500 años en la ermita de Caparra. Para ello el propio rey de España envió los ornamentos para adornar con motivos religiosos. En cuanto fue trasladada Caparra a la isleta de San Juan en 1521, se dieron las primeras procesiones al estilo sevillano.
Jueves y Viernes Santos
Tanto el jueves y el viernes de Semana Santa eran días de recogimiento total en San Juan y otros pueblos de Puerto Rico. La bandera se izaba a media asta, en lugar de repicar campanas en las iglesias se hacían sonar las carracas, matracas y las cornetas militares en los cuarteles se tocaban con sordina.
El Jueves Santo, el Obispo entregaba la llave del Sagrado al cabildo, quien a su vez se la hacía llegar al gobernador. En tanto en los pueblos de la Isla, el presbítero colocaba sobre el pecho del alcalde la llave del Tabernáculo. Estos las devolvían el Sábado de Gloria.
El Viernes Santo, tanto la predicación de las Siete Palabras como la Ceremonia del Paso de la Cruz eran celebradas con gran solemnidad. Los feligreses asistían a las procesiones, donde los hombres acompañaban al Santo Entierro y las mujeres escoltaban a la Virgen de la Soledad.
Semana Santa en el campo
Para los habitantes de las zonas rurales de Puerto Rico, la Semana Santa era un tiempo preciado. Desde los días antes, iban escogiendo su ropa, que debía ser de color blanco, negro, lila o gris.
El Domingo de Ramos los campesinos se dirigían al pueblo. Algunos de ellos llevaban los zapatos en la mano para evitar ensuciarlos, y al llegar ante la iglesia se los ponían. Casi siempre iban acompañados de una ramita de palma de yagua para que el sacerdote la bendijera durante la misa.
Domingo de Resurrección
En cuanto terminaba el Oficio Divino se escuchaba la algarabía de los Júas. Esta tradición, mayormente de los pueblos, comenzaba en algunos lugares dese el sábado. El muñeco de tela y paja representaba a Judas, era amarrado al lomo del caballo, entonces los niños corrían detrás dándole golpeándolo con unas varas largas.