Historia detrás del Paseo de la Princesa en San Juan
El Paseo de la Princesa es uno de las estructuras arquitectónicas más hermosas en la ciudad de San Juan.
En la actualidad lo conforman también la muralla que sirve de trasfondo a los faroles, bancos, recuerdos del Jardín Botánico al costado, la Real Cárcel de la Princesa (construida en 1837, hoy día sede de la Compañía de Turismo), árboles, el restaurante Princesa Gastrobar, y termina en la fuente Raíces, construida en bronce, creada por el escultor español Luis Antonio Sanguino en 1992.
Un poco de historia
El Paseo fue dedicado a la princesa María Isabel de Borbón y Borbón, la primera hija de la reina Isabel II y el rey consorte Francisco de Asís y Borbón, el 20 de diciembre de 1854, fecha en que la niña cumplía tres años.
En aquel entonces, el gobernador Fernando Escudero de Norzagaray ordenó su construcción para honrar a la reina Isabel II y conmemorar el feliz nacimiento de su hija.
La princesa
María Isabel Francisca de Borbón y Borbón (1851- 1931) fue princesa de Asturias; primero entre 1851 y 1857 antes de nacer su hermano, el rey Alfonso XII (1857-1885), momento en el cual se convirtió en infanta de España.
La segunda vez que obtuvo el título de princesa fue al morir de tuberculosis el rey, el 25 de noviembre de 1885 sin dejar un heredero para la corona. La esposa de Alfonso XII, la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena quedó a cargo de la regencia del trono y embarazada con el futuro rey Alfonso XIII.
Esta muerte fue muy sentida por Isabel, ya que se había criado muy cercana a su hermano debido a las vicisitudes políticas que había sufrido España enfrentando alzamientos carlistas, una tercera Guerra Carlista (1872-1876) y la deposición y exilio de la reina (1868).
La infanta Isabel tuvo además tres hermanas: María del Pilar, María de la Paz y María Eulalia, de las cuales se ocupó toda la vida, en especial durante el exilio de la reina Isabel II.
Desde niña estuvo rodeada por un equipo de damas que le ofrecieron la oportunidad de aprender y practicar el complejo devenir de atenciones cotidianas seguidas de un amplio despliegue de servidumbre. En mayo de 1868 se casó con Cayetano María de Borbón Dos Sicilias, conde de Girgenti y mientras se encontraba de luna de miel su madre es destronada y no puede regresar a España hasta que se restaura la monarquía en 1874. Estando en el exilio, quedó viuda (1871) al suicidarse su esposo a los dos meses de ella tener un aborto espontáneo (tenía veinte años).
En 1902 Isabel convierte en su vivienda permanente la residencia del número 7 de la calle de Quintana, en el barrio de Arguelles, Madrid, y la bautiza con el nombre del Palacio de Quintana.
Durante su vida se distinguió porque fue una mujer muy cultivada y allí acomoda su biblioteca particular, distribuida entre el Palacio Real y el palacio de Quintana. Fue muy querida por su pueblo porque tuvo un carácter campechano y amigable y se destacó por sus constantes viajes a representar la monarquía y su dedicación a la familia, en especial sus tres hermanas, su hermano y más adelante su sobrino, el futuro rey Alfonso XIII.
Murió en París el 23 de abril de 1931, a la edad de 79 años, mientras acompañaba, una vez más, a la familia real al destierro.
El Paseo de la Princesa es el único recuerdo que conmemora, en el Nuevo Mundo, la existencia de esta querida princesa española.