Los años triunfales del tabaco en Puerto Rico
Para contar la historia de la noble hoja de tabaco en Puerto Rico debemos viajar bien hacia atrás en el tiempo. Nos encontraríamos con imágenes de los indios taínos utilizando el cultivo para calmar su cansancio y celebrar sus rituales religiosos.
Luego de la llegada de Cristóbal Colón, el tabaco se convirtió en un lujo para los integrantes de la más alta clase española durante alrededor de dos siglos. Los números hablan por sí solos, desde el año 1492 hasta 1780, más de la mitad de la carga embarcada era el tabaco puertorriqueño, el preferido por los habitantes de la península.
De más está decir que pasó a ser un importante producto de exportación; logrando producir alrededor de 35 millones de toneladas de tabaco al año. Desde entonces, el Hoja Prieto es una de las plantas más importantes y la más cultivada en las tierras puertorriqueñas; incluso considerada como la hoja de envoltura más deliciosa y la cual se empleó de manera exclusiva en los mejores cigarros del mundo.
La hoja de tabaco fue incluida en la estructura tarifaria colonial, como un producto libre de aranceles. Ello dio lugar a la posibilidad de participar en el gran mercado estadounidense. De esta manera, los agricultores de las diferentes regiones montañosas de la Isla posicionaron el cultivo de tabaco como una de las actividades económicas más importantes en los años 90.
Para el año 1918, el tabaco se posicionó en el tercer puesto de productos exportables en Puerto Rico, sobrepasando al café y solo siendo superado por la caña de azúcar, este lugar privilegiado se conservó hasta mediados de 1940.
Ahora bien, en tal contexto los beneficios no eran solamente para el comercio, sino que también constituía una fuente crucial de ingresos para los agricultores y la población rural. Los reportes de los primeros años eran cada vez más altos, pues más del 14% de las fincas ubicadas en diferentes zonas en la isla cultivaban hoja de tabaco ya para el 1940.
Hacia 1957 las exportaciones récord iban dirigidas al Norte de América, Inglaterra, Francia, México, Honduras, Costa Rica; entre otros países donde se dedicaban a elaborar los mejores cigarros del mundo. Hasta ese momento, Puerto Rico era uno de los más grandes exportadores de tabaco en el mundo, ocupando el quinto puesto; después de los Estados Unidos, México, Venezuela y África.