La Historia del Festival Nacional de la Hamaca en San Sebastián
El pueblo de San Sebastián es reconocido por contar con una comunidad habitada por 15 familias apasionadas por el tejido de la hamaca. El tejer no solo es parte de sus trabajos, sino que llevan en sus manos el deseo de conservar una tradición por largos siglos.
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Este arte que practicaban los taínos, que a través del tiempo se ha visto en escasez, como también los procesos económicos, políticos y sociales ocurridos en el transcurso de 500 años, ha permitido que estos residentes puedan sobrevivir como ejemplo al mantener sus raíces, tradiciones, cultura y todo aquello que define el ser puertorriqueño.
Y es que precisamente en el barrio Robles de San Sebastián es que se encuentra esta comunidad: don Alfredo Pérez y su compañera Esmeralda, Pedro Hemández, José González (don Che), Mariíta Hernández, Lucía Vargas, Juan Cruz, Arcelia Velázquez, Andrea Pérez, Antonia Pérez, Graciana López, Aurora Pérez, Eliezer Cardona, Teresa de Jesús Portal, (Domingo Pérez y Honorio Valentín ya no viven en Robles) y jóvenes como Monserrate, William y Joel Pérez.
«Las casas estaban estibadas de hamacas tejidas por las mujeres y los niños que los hombres salían a vender por toda la Isla. Casi todas las personas en el barrio hacían maracas?», mencionaba don Alfredo.
Residentes de la pequeña comunidad en el Bo. Robles están preocupados por lo que ellos han fomentado en el pueblo del Pepino.
“Ya los hamaqueros no salen por quince días, de puerta en puerta, durmiendo en fondas o donde dieran posada a vender sus productos. Ni son tantos como en el pasado, ni sus hijos se dedican a este arte-medio de vida. Tampoco trabajan el maguey como fuente de materia prima para la elaboración de sus hamacas”, mencionó el vecino de dicho municipio.
«Yo no sé cómo se va a conservar esta tradición porque la juventud no quiere trabajarla. El sistema de vida es otro, son otras las necesidades y otros los intereses de los jóvenes. El trabajo del hamaquero no se paga con el producto de la venta, los que trabajamos lo hacemos por amor porque tenemos un propósito y un compromiso con nuestra cultura», añadió el artesano.
La Hamaca en la actualidad
Este año, alrededor de unos 200 artesanos participaron de este festival tan esperado por la ciudad hamaquera.
El evento organizado por la Casa Pepiniana de la Cultura, este año celebró la 44ta edición del Festival Nacional de la Hamaca en el estacionamiento del Estadio Juan José Tití Beníquez en San Sebastián.
Este año fue dedicado al artesano Heriberto Ramos Cabán, quien cuenta con una trayectoria de 35 años en el arte popular de la joyería artesanal y maqueta en madera.
Entre las creaciones elaboradas por Ramos Rivera, se encuentra la confección de un rosario para el Papa Francisco, el cual fue hecho con material de la iglesia de Guánica, que fue destruida por los terremotos del 2020.
Otro de los reconocimientos que otorgaron en el festival, fue a la entidad musical Decimanía por la enseñanza y educación de la trova puertorriqueña que le brindan a niños y jóvenes puertorriqueños.
“Decimanía ha producido seis decimarios o libros con cientos de obras para cantar, que son regalados en las escuelas de niños trovadores en Puerto Rico y ha producido más de 500 programas en varias radioemisoras, en las que se difunde la obra de los trovadores”, mencionó Luis Joel Pérez Rodríguez, presidente de la Casa Pepiniana de la Cultura (CPC).
Ante la actual realidad, como puertorriqueños, estamos llamados a cuidar del arte cultural fomentando la importancia de reflejar ese sentido y empatía por nuestra patria. No podemos dejar perder aquello que con mucho esfuerzo, dedicación y amor, nuestros antepasados han construido. Es por esto que como boricuas, debemos crear eco de todo lo positivo que como cultura tenemos.
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