Luisa Géigel: conoce a la primera puertorriqueña en dedicarse a la escultura

Luisa Géigel, artista puertorriqueña cuya obra tiene un valor trascendental, al ser ella la primera en dedicarse a la escultura, además de los indiscutibles méritos desde el punto de vista de la mujer en la plástica.

Años de formación

Aunque nación en Puerto Rico, su familia se trasladó a España cuando ella solo tenía 9 años. Allí se inició en la plástica mientras asistía al Colegio de las Madres Esclavas del Sagrado Corazón, en Barcelona. Además recibió clases nocturnas de dibujo en la Academia de Bellas Artes de San Jorge bajo la tutela de José Mongrell.

Teniendo 19 años, la familia debió trasladarse nuevamente, esta vez a Washington DC, ciudad en la que se matriculó en la King-Smith Studio School y la Phillip Memorial Art Gallery Studio House. Dos años después, estudió pintura y escultura en la Liga de Estudiantes de Arte (bajo la tutela de Robert Brackman) y en el estudio de José De Creeft, respectivamente.

Regreso a Puerto Rico con su arte

De vuelta a Puerto Rico, sus exhibiciones de 1939 y 1940 (en el Casino de Puerto Rico y el Ateneo Puertorriqueño) provocaron incomodidad por su representación del cuerpo desnudo; ejemplo de este tipo de pieza son Daydream y Desnudo de mujer. Las pinturas, aunque no tenían una expresión sensual, sino formal, crearon molestia, debido a que los círculos sociales interesados en el arte solían ser más conservadores. A causa de ese rechazo la artista se deshizo de muchas de sus piezas.

Luisa Géigel también creó piezas escultóricas de escala pequeña. Fue miembro fundador, junto con Nilita Vientos Gastón, de la División de Artes Plásticas del Ateneo. Asimismo, la artista escribió dos libros: uno de ellos, La genealogía y el apellido de Campeche, donde desarrolla los estudios genealógicos sobre este pionero de la plástica puertorriqueña.

Aunque se dedicó más de lleno a la pintura, algunos críticos opinan que lo mejor de su obra son sus esculturas.