Loíza: donde retumba la cultura
Si hay algún pueblo que se destaque por preservar la cultura, uno de ellos es, sin duda alguna, Loíza. Entre vejigantes, alcapurrias, bomba y plena, la capital de la tradición guarda una relación cercana con nuestras raíces afropuertorriqueñas.
Loíza fue fundada en 1719, y se cree que lleva nombre en honor a la cacica Yuisa que dirigía el lugar. Canóvanas, Río Grande y lugares de San Juan conformaron parte del pueblo en algún momento de la historia. Hogar de muchos esclavos africanos libertos, la gastronomía y los temas religiosos aún forman parte del presente. El pueblo también es conocido como el de “Los santeros y los cocoteros”.
Dada la distancia con los españoles y la dificultad para llegar al área, Loíza fungía como un espacio seguro para los africanos conservar y practicar su cultura. Sin embargo, dice la historia que cuando los españoles llegaron a Loíza, años antes de la llegada de los africanos, se encontraron con una gran población indigena cerca del río Cayrabón, al que ahora le llamamos Río Grande de Loíza. Los indígenas llamaban a este lugar Jaymanío, y les tocó extraer oro de las orillas del río por mandato de los españoles.
Una vez se acabó el oro, comenzaron a trabajar la caña de azúcar. Por su aumento a la economía, pidieron convertirlo en poblado, pero no fue hasta 1719 que el gobierno español concedió el pedido.
Gracias al trabajo de grupos como Los Hermanos Ayala y el Grupo Mayombe, se conservó la bomba y la plena. La musicalidad, los bailes y los instrumentos utilizados por los grupos folclóricos permiten revivir parte de nuestra historia.
Lugares a visitar en Loíza
Entre lo que distingue a Loíza, se encuentra el área de Piñones y sus locales de frituras. El olor del fogón relleno de alcapurrias y bacalaitos atrae a las personas los siete días de la semana. Además, tienen el Bosque Estatal de Piñones en el que se pueden hacer recorridos caminando o en bicicleta. Entre sus manglares se pueden observar muchos de los animales que se encuentran en peligro de extinción, por eso lo especial de proteger este espacio de flora y fauna. Piñones también cuenta con distintas playas a lo largo del camino para el disfrute de la familia.
La famosa Pocita de Piñones cuenta con un rompeolas que lo hace ideal para pasar el día mientras a sus alrededores se ven familias con calderos de comida. Para los practicantes del surf, al adentrarse un poco pueden encontrar la playa Aviones en las que se llevan a cabo varias competencias al año. Y si buscan alejarse un poco, hay un pequeño rincón especial llamado Vacía Talega en dirección a la entrada del pueblo de Loíza. Luego de pasar Loíza Aldea, se puede visitar la playa Villa Pesquera al otro extremo del pueblo.
Un pequeño secreto que guarda Loíza es el Parque Histórico Cueva María de la Cruz. Se trata de un sitio arqueológico que fue descubierto en 1948 y posee artefactos taínos, además de ser donde encontraron restos de los antiguos habitantes. Como incluye en su nombre, también se puede visitar la cueva con recorridos guiados. Por si fuera poco, el lugar también es un santuario de abejas.
Asimismo, en el mes de julio, el pueblo celebra sus Fiestas de Santiago en honor a Santiago Apóstol. Las fiestas tradicionales llegan con desfiles, música en vivo, bailes de bomba y muchos vejigantes con sus máscaras alrededor de todo el pueblo. A través de la fiesta, aseguran contar la historia del pueblo.
Para conectar con la cultura, aprender de historia, arte y baile, se puede visitar el Batey de los Hermanos Ayala en Artesanías Castor Ayala, Corporación Piñones Se Integra, Centro Cultural Ecoturístico de Piñones, Parroquia del Espíritu Santo y San Patricio, y el Paseo Julia de Burgos.
Fuentes: Telemundo, Proyecto Salón Hogar, Discover Puerto Rico
Imagen: por Sebastián Rivera extraída de 90 grados