Luis Miranda “El Pico de Oro”: Su legado en la trova puertorriqueña
Al dialogar sobre la música típica puertorriqueña, todo boricua se remite a pensar en la trova. Este género musical forma gran parte de nuestra historia con figuras excepcionales que marcaron un hito en su desarrollo en la Isla. Entre ellos, se encuentra el legado de Luis Miranda Fernández, también conocido como “El Pico de Oro de Puerto Rico”.
Miranda Fernández nació el 12 de diciembre de 1924 en Caguas, mismo pueblo donde residió el resto de su vida. Sus años de infancia los vivió en el barrio Tomás de Castro I, junto a sus padres Sabino Miranda y Ramona Fernández.
Su padre, Sabino Miranda, era trovador y obrero de profesión. Bajo esta influencia musical, Miranda Fernández practicaba la trova bajo los ritmos del folclor campesino.
En su libro “Decimario Nacional”, el autor Orlando Santiago Díaz resaltó que el trovador ya cantaba un verso de trova por audición desde sus ocho años. Asimismo, desde su corta edad Miranda Fernández compartía con otros trovadores.
Como inicio en la música criolla, el trovador realizó sus primeras décimas en honor a su abuela Cunda. Posteriormente, el compositor boricua ingresó al ejército de los Estados Unidos, pero su nueva labor no lo alejó de la música. Durante los tiempos libres, Miranda Fernández cantaba trova y aguinaldos para sus compañeros soldados.
Su regreso a la Isla: Comienzo de su carrera musical
En su regreso a Puerto Rico, Miranda Fernández laboró como maestro y participó en “Tribuna del Arte”, un programa televisivo en que cantantes, músicos, actores, locutores y declamadores presentaban su arte.
Luego de su presentación en el programa, el trovador tuvo la oportunidad de grabar sus primeros discos junto a los músicos Claudio Ferrer y Maso Rivera. Estos discos convirtieron al compositor en un artista exclusivo de la reconocida disquera de trova “Ansonia Records”.
La fanaticada de Miranda Fernández se extiendio al territorio estadounidense, lo cual llevó al trovador a presentarse en conciertos en ciudades como Boston, Nueva York y Chicago.
Luego, en 1986 fue reclutado por el director Elías Lopés para la orquesta de trovadores “Trompeta con Trovadores” junto a los músicos Felix Morales y Mariano Cotto.
Aparte de su carrera con el conjunto, Miranda Fernández grabó discos como solista con los músicos Nieves Quintero y Edwin Colón Zayas.
En 1996, el trovador y compositor ingresó a la religión cristiana de denominación protestante y grabó discos con composiciones religiosas que fueron distribuidos por la tienda Disco Hit.
Homenajes al Pico de Oro
Como parte de su trayectoria, el trovador fue homenajeado con la apertura de la Casa del Trovador, un museo dedicado a su legado como músico y compositor en su pueblo natal, Caguas.
Asimismo, fue galardonado con el disco “Homenaje a Luis Miranda El Pico de Oro”, una pieza musical grabada, durante el 2004, que incluyó una versión de su décima más reconocida “la muerte del ruiseñor”.
El disco, producido por el cuatrista Quique Domenech, contó con las colaboraciones de los artistas Tony Croatto, Tavin Pumarejo, Danny Rivera, Andres Jimenez y los hermanos Ricardo y Eduardo Villanueva.
Luego de todos sus éxitos, el aclamado trovador transcurrió sus últimos años bajo la condición de Alzheimer y acompañado de su esposa. Miranda Fernández falleció el 27 de noviembre de 2014 en el Hospital de Veteranos en San Juan, pero su memoria y legado musical permanece plasmado en la trova puertorriqueña.