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Nuestras Navidades boricuas, las más largas del mundo

Nuestras celebraciones navideñas son catalogadas como las más largas del mundo. En los últimos dos meses del año coinciden una serie de tradiciones latinas, africanas, y estadounidenses, mezcla del origen de Puerto Rico, para dar paso a jornadas de fiesta y jolgorio con nuestra música típica navideña.

Cuando la cultura estadounidense introdujo la celebración del Día de Acción de Gracias en la isla, comenzó a propagarse la costumbre de una cena donde el pavo era el plato principal. Nosotros los boricuas, como de costumbre, agregamos los tradicionales adobos del lechón asado y de ahí surgió el “pavochón”, un pavo con sabor a lechón. Así la cena de Acción de Gracias se convirtió en otro preámbulo de la Navidad.

Navidades boricuas

Entonces, al llegar Nochebuena, el 24 de diciembre, ya llevamos unos 36 días de celebraciones. Esta es una de las fechas más importantes. Es costumbre reunirnos en familia y amigos para celebrar la víspera de la Navidad. La familia que sirve de anfitriona prepara o encarga toda clase de platos típicos de la época: lechón asado, arroz con gandules, pasteles, morcillas, tembleque y arroz con dulce son algunos de los que se les ofrecen a los visitantes; ¡ah! y que no falten nuestras bebidas típicas como el coquito, la sangría y la lágrima del monte (pitorro).

En la medianoche del Día de Nochebuena se celebra la famosa Misa de Gallo.  Las personas católicas acuden a la misa que recibe la navidad y festejan el nacimiento del Niño Jesús.

El Día de Navidad las familias vuelven a reunirse para celebrar el día de Santa Claus también conocido como Papá Noel. Momentos especiales coleccionamos los padres al ver a nuestros niños muy felices abriendo sus regalos y cumpliendo así, con tradicional inocencia, con su lista de deseos para Navidad.

Solo 3 días después llega el Día de los Santos Inocentes, a pesar de que ya ha dejado de conmemorarse en la Isla, en el pueblo de Hatillo aún se realizan algunas actividades, entre las que destaca una cabalgata con jinetes enmascarados, la cual goza de muchos seguidores.

Sin lugar a dudas, la despedida de año es la celebración de más bullicio y algarabía en todo nuestra hermosa isla. En la noche del 31 de diciembre nos reunimos para esperar la llegada del nuevo año, que recibimos al son de música, cornetas, pitos, fuegos artificiales y confeti. Celebramos comiendo lechón asado, arroz con gandules, pasteles, ensalada de papas o coditos y postres como tembleque o arroz con dulce. Llegada las doce, la algarabía se forma y entre amigos y familiares nos abrazamos y nos damos un beso en la mejilla, nos deseamos mutuamente un bendecido y próspero año nuevo lleno de felicidad, salud y amor.

Algunos boricuas siempre buscando la buena suerte del Año Nuevo realizan diversos rituales en la noche del 31 de diciembre. Por ejemplo, para despedir el año aun si no salimos de nuestras casas, nos vestimos con ropa nueva como decimos nosotros “bien acicalaos”, así dejamos atrás todo lo viejo y nos preparamos para recibir la buena suerte del nuevo año.

Otra costumbre que algunos mantienen es la de comer doce uvas, justo cuando son las doce. Esta tradición nos llega de España y se supone que traiga a la persona mucha prosperidad. Algunos boricuas lanzamos un cubo de agua a la calle para despojar el hogar de todo lo malo y prepararlo para que llegue lo bueno. Hay quienes hasta riegan azúcar alrededor de sus casas para «alejar la salazón» y atraer la dulce suerte.

Tradición típicamente puertorriqueña, la celebración del Día de los Reyes Magos ha sido opacada por los festejos de la llegada de Santa Claus el Día de Navidad. Aun así, todavía muchos padres lo celebramos y enseñamos a nuestros hijos la ilusión por la espera de los Tres Santos Reyes. En la víspera del 6 de enero los niños, adolescentes y hasta jóvenes salen a recoger la yerba que dejarán a la orilla de sus camas o debajo del arbolito para los camellos de los Reyes. Luego al día siguiente corren al despertar para abrir nuevamente sus regalos, pero esta vez fueron los reyes quienes los dejaron. Como de toda esa fiesta de Reyes seguramente sobrará comida, es otro motivo para alargar la celebración denominada Octavitas el fin de semana siguiente y motivo para disfrutar de los regalos de los reyes. Como si no fuera suficiente, también están cerca las Fiestas de la Calle San Sebastián, también conocidas como la SANSE, el 20 de enero, con las cuales terminan nuestras festividades de Navidad.

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