Nuestros Inmortales

Juan Boria en cuatro datos

Juan Boria (Dorado, Puerto Rico, 1905 – Río Piedras, 1995) También conocido como el Faraón del Verso Negro, era un poeta puertorriqueño distinguido por su poesía afrocaribeña.

¿Quién fue?

Junto a los cubanos Eusebia Cosme y Luis Carbonell, el puertorriqueño, completa la trilogía cumbre de recitadores en la historia de la poesía afroantillana. Durante más de cuatro décadas, este artista extraordinario e irrepetible supo honrar el calificativo de «El Faraón del Verso Negro» que otro inmortal del arte escénico nacional, Ramón Rivero «Diplo», le estampara en 1943.

¿Cómo fueron los inicios de su vida?

A pesar de su muy humilde origen, Juan Boria logró hacerse de una carrera universitaria a fuerza de grandes sacrificios. Luego de completar el octavo grado de estudios regulares en la Escuela Pública de su natal Dorado, prosiguió su educación secundaria en el vecino pueblo de Toa Baja. Para sostenerse económicamente, durante los fines de semana trabajaba como albañil o carpintero. Completó su etapa estudiantil preparatoria en la Escuela Superior Central, en Santurce, en 1923. Durante aquellas fechas, su familia se radicó en Cataño. Desde este municipio se trasladaba diariamente a la Universidad de Puerto Rico. En este recinto obtuvo el título de Maestro de Artes Industriales, Dibujo y Carpintería. Al cabo de varios años trabajando en diversos talleres, en 1937 se inició en el magisterio ejerciendo su profesión en San Germán. De aquel plantel fue trasladado a la Segunda Unidad de Campo Rico, en Canóvanas.

¿Cómo se convirtió en un imprescindible de la poesía afrocaribeña?

Durante una velada artística escolar celebrada, precisamente, en Canóvanas en 1938, escuchó a un colega suyo, Pablito Rivera, recitar el poema negrista “La negra curandera”, que le gusto muchísimo. Solicitó a este una copia para aprendérselo y recitarlo en reuniones de amigos. Así lo hizo y, al cabo de un tiempo, varias amistades lo instaron a participar en el programa dominical “Industrias nativas”, que los hermanos Córdoba Chirino mantenían en WKAQ.

Para su fortuna, la referida audición solía ser escuchada por el poeta Fortunato Vizcarrondo, quien llegaría a ser considerado el más importante cultor de la poesía negra puertorriqueña. Un día este lo sorprendió visitándolo en su hogar y, tras identificarse como el autor del poema que el biografiado declamaba, se ofreció a brindarle otros para que los recitara en el programa:

“Y tu abuela, ¿a ónde está?”, “Baile cangrejero”, “Canto para bailar un negrito”, “El negro borracho”, “Loíza Aldea”, “¡Qué negrota!”, “Tangalatín”, etc.

Surgió así una sociedad artística que se prolongaría hasta el fallecimiento de Vizcarrondo, también recordado como profesor de música y director de la Banda Municipal de Carolina.

Reconocimientos a su labor

A lo largo de su trayectoria artística, este irrepetible artista boricua recibió más de 200 reconocimientos.

Quizás el homenaje más significativo de todos le fue conferido por la Administración Municipal de Dorado, presidida por el alcalde Alfonso López Chaar, que en 1983 adquirió el antiguo Teatro Juana de Arco, situado en la Carretera PR-165, a la entrada del pueblo. Tras someterlo a las renovaciones de rigor, lo rebautizó con el nombre de Teatro Juan Boria, inaugurándolo con un espectáculo a cargo del Ballet Folklórico Nacional Areyto, la noche del martes 30 de octubre de 1984.

 

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