Nuestros Inmortales

Tres detalles fundamentales de Ricardo Alegría

Ricardo Alegría (San Juan, 1921 – 2011) Destacado historiador y antropólogo puertorriqueño.

Desde temprana edad se inclinó por el estudio de las disciplinas humanísticas, cursando el Bachillerato en la Universidad de Puerto Rico. Años más tarde marchó a los Estados Unidos de América para realizar, en Chicago y Harvard, estudios de postgrado.

Años de formación

En el país norteamericano, merced a una beca de la Fundación Guggenheim, pudo cursar el doctorado (1953-55) y obtener, finalmente, el título de doctor en Filosofía y Letras. De regreso a su país natal, Ricardo Alegría destacó por sus estudios acerca de la historia indígena de Puerto Rico, plasmados en numerosas investigaciones arqueológicas y en diferentes trabajos académicos (libros, artículos, conferencias).

El fundador y organizador

Pronto se convirtió en una de las figuras principales del panorama intelectual puertorriqueño, en el que desempeñó gran cantidad de funciones: fue fundador y organizador de la Escuela y los Talleres de Artes Plásticas de Puerto Rico; promotor de la célebre Bienal del Grabado Latinoamericano; fundador y director del Centro de Investigaciones Arqueológicas y Etnológicas; director y organizador del Museo de Antropología, Historia y Arte de la Universidad de Puerto Rico (Recinto de Río Piedras); catedrático de Antropología en dicha universidad; director del Instituto de Cultura Puertorriqueña y director -asimismo- de la revista que difunde este organismo.

La historia: su pasión

Su constante interés por el legado arqueológico de los primeros pobladores de Puerto Rico le valió, entre otros muchos premios y distinciones, el galardón Cronic-Shield Award, que otorga el National Trust for Historic Preservation, de los Estados Unidos.

Dentro del estudio de la historia antigua puertorriqueña, Ricardo Alegría profundizó también en el mestizaje de las tradiciones hispana y africana que se encontraron en la isla, con especial atención a la pervivencia de estas tradiciones en las costumbres, las formas de vida, el arte popular, la religión y el folclore de Loíza Aldea. De todo ello dejó un abundante material impreso en sus ensayos titulados La fiesta de Santiago Apóstol en Loíza Aldea y Gozos a Santiago y cánticos de vejigantes. Además de estos títulos, el escritor dio a la imprenta otros valiosos ensayos en los que abordó el estudio de la población boricua.

Asimismo, y con la colaboración de su esposa Carmen Pons en calidad de ilustradora, realizó una adaptación de sus saberes históricos y antropológicos a los planes de la escuela elemental, por medio de una obra titulada Historias de nuestros indios.

En su incansable labor cultural, con cerca de setenta años de edad, Ricardo Alegría asumió la dirección de los trabajos destinados a restaurar el edificio del Seminario Conciliar (1989), donde después fundó un programa de bachillerato sobre estudios puertorriqueños.

Su influencia y magisterio se han dejado notar en las nuevas generaciones de estudios del pasado de Puerto Rico, entre los que Ricardo Alegría ha sobresalido también por su encendida defensa del denominado concepto de «puertorriqueñidad» como clave de la búsqueda de una identidad propia para sus compatriotas.

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